Héctor Tecalco.
Reporteros de las Altas Montañas.
Huatusco, Veracruz.- Cuando se pensaba que lo habíamos visto todo en la política veracruzana, llega Ventura Demuner Torres, presidente municipal de Huatusco, a demostrar que la línea entre lo público y lo privado se puede borrar con total descaro, sobre todo si se trata de mover costales de cemento.
Recientemente, el alcalde fue captado utilizando unidades oficiales del ayuntamiento para actividades relacionadas con su empresa "Materiales de México (MDM)". Según testigos, los camiones del municipio han sido vistos transportando materiales de construcción, no a una obra pública precisamente, sino a proyectos privados, cortesía del negocio familiar del presidente. Vaya que el servicio público da para mucho... incluso para subsidiar el emprendimiento propio.
La situación no se queda en el simple uso indebido de recursos. Hace unos días, el alcalde también fue señalado por despedir a Rafael Canseco, auxiliar de Comude, cuyo único pecado fue no alinearse con los candidatos de Morena: Alejandro Porras Marín y Norma Ramírez, esta última, por cierto, esposa del mismísimo Demuner Torres. ¿Nepotismo disfrazado de lealtad partidista? Usted decida.
El uso de bienes municipales para fines personales no solo está prohibido por la ley, también constituye una falta grave a la ética pública. De acuerdo con la Ley Orgánica del Municipio Libre para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, en su artículo 147 fracción VIII, los servidores públicos municipales deben abstenerse de utilizar los recursos públicos para fines distintos a los que están destinados. Asimismo, el artículo 33 señala que es responsabilidad del presidente municipal administrar de manera honesta y eficiente los recursos del municipio, actuando siempre con transparencia y rendición de cuentas.
Los vehículos del ayuntamiento pertenecen al municipio, no a la ferretería de confianza del presidente. De comprobarse los hechos, podría enfrentarse a sanciones que van desde la suspensión del cargo hasta inhabilitación para ejercer funciones públicas. Claro, siempre y cuando las autoridades encargadas hagan su trabajo... lo cual es mucho pedir.
Por si fuera poco, este tipo de actos dañan la imagen de la administración municipal, aunque, siendo honestos, a estas alturas dicha imagen ya está bastante golpeada. Lo que sí queda claro es que el presidente municipal debería rendir cuentas, no solo a las autoridades, sino también a los ciudadanos que confiaron en él. Porque aunque estemos en campaña, el ayuntamiento no es una bodega de materiales.
Mientras tanto, en Huatusco, los ciudadanos observan y toman nota. Al final, los costales se descargan, pero las responsabilidades pesan.
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