Héctor Tecalco.
Reporteros de las Altas Montañas.
Tenampa, Ver. – El pueblo habla, y esta vez lo hace en voz alta: "la elección fue una burla". Y es que en Tenampa no hay que ser brujo para saber que la actual alcaldesa, Gloria Sánchez Reyes, no solo metió las manos en la elección municipal, sino que prácticamente abrazó la urna y se la entregó a su hermano, Carlos Sánchez Reyes, ahora alcalde electo.
Y eso que ella juraba que no, que ni un dedo movió. Pero, como se dice en el rancho: "aunque el gallo cante bonito, si anda entre lodo, algo se le pega".
Desde antes del día de la votación, ya se olía el tufo a compra de votos, promesas exprés y despensas cayendo como aguacero en temporada de huracanes. Los rumores no eran rumores, los billetes cambiaban de mano y convencieron más fácil que las propuestas.
Todo con la venia de quienes deberían vigilar, pero que nomás no dieron señales de vida. Las autoridades electorales, brillaron por su ausencia… o por su complicidad, según se quiera ver.
Dicen en Tenampa que la elección no fue elección, sino imposición disfrazada, donde al electorado ni se le respetó su decisión ni se le consultó su conciencia. Y mientras tanto, la presidenta Claudia Sheinbaum hablaba de acabar con el nepotismo… pero en Tenampa parece que eso no aplicó, o por lo menos no llegó la señal. Aquí se juega a otra cosa: a la herencia del poder por vía familiar, con la bendición política de personajes como Carlos Marcelo Ruiz y Edgar Herrera Lendechy, quienes fueron pieza clave en este enroque electoral.
Y por si fuera poco, el nuevo alcalde heredará no solo la silla, sino también el cochinero financiero que sus hermanas han dejado. Primero fue Olga Sánchez Reyes, la exalcaldesa, que dejó un daño patrimonial nada menor; y ahora Gloria, la actual, que también carga con una cuenta pendiente de más de 3.5 millones de pesos. Entre las dos, han dejado al municipio más endeudado que nunca… y eso que prometieron progreso.
La ciudadanía, que ya se cansó de ver cómo la política local se convierte en un negocio familiar, alista un documento para la gobernadora Rocío Nahle García, exigiendo que no se le suelte ni un peso al nuevo alcalde hasta que se aclare el pasado. Porque, como bien dicen, "primero que rinda cuentas, y luego que gobierne". De lo contrario, se estaría encubriendo un posible delito grave.
Y por si alguien pensaba que Carlos Sánchez Reyes la tendría fácil, resulta que no todo será miel sobre hojuelas. En el cabildo lo esperará una regidora de oposición, surgida del Partido del Trabajo (PT), que promete no callarse nada y convertirse en el freno que tanto necesita este tren familiar desbocado. A diferencia de la actual regidora opositora, esta sí viene con los pantalones bien puestos y, según se escucha en los pasillos, no será tan fácil "convencerla" con dinero ni con favores.
El pueblo, que ya empezó a despertar tras ocho años de gobierno Sánchez Reyes, está decidido a no dejarse. Saben que la dignidad no se compra… o por lo menos ya no tan barato.
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