El encumbrado politico de Nadia Torres; "asesora" y aspirante.
El clan Demuner, no quiere soltar el poder.
Columna de opinión
De Bote Pronto
Por; Irvin Marcell
La política en #Huatusco se ha convertido en un juego familiar, donde las caras sonrientes en redes sociales esconden las ambiciones más descaradas. Nadia Torres Demuner, la exalcaldesa que ahora finge ser la "asesora estrella", aparece nuevamente en escena, esta vez como la mano que mueve los hilos detrás de su primo, el alcalde Ventura Demuner Torres.
El detalle que no pasa desapercibido es el papel de Norma Ramírez, la esposa con obvias y claras aspiraciones políticas. Aquí no se improvisa nada: todos buscan seguir bien agarrados de la "ubre presupuestal", mientras los contribuyentes miran, pagados de su propio bolsillo, cómo el apellido Torres sigue exprimiendo cada centavo del erario.
Nadia Torres, quien ha sabido brincar de partido en partido como pez en el agua #PRI, #PAN y ahora #MORENA), ha hecho de la política un negocio familiar más que una vocación de servicio. Con los hermanos Illarza como socios en las sombras, la jugada es clara: pactar en las alcantarillas del poder y asegurarse un futuro financiero a costa del trabajo de los huatusqueños.
De origen colérico y carácter calculador, Nadia no ha sido precisamente amiga de muchos, ni siquiera de sus propios familiares. Sus tácticas de “divide y vencerás” son legendarias; aplasta a cualquiera que percibe como adversario y no perdona ni a quienes comparten su sangre.
En la imagen que presume en redes sociales, la sonrisa congelada y las posturas bien estudiadas de los protagonistas no engañan a nadie. La rigidez en la mandíbula y las miradas tensas revelan lo que las palabras no dicen: un exceso de control, ambición y cinismo. Mientras la exalcaldesa aparenta cordialidad, la pose de Ventura, cabizbajo y ladeado, refleja que las decisiones no se toman en su oficina, sino en otro lugar: en la mesa donde siempre ha mandado la señora Torres.
¿Y Norma Ramírez? Ahí está, como pieza de recambio, en caso de que haya que prolongar el mandato de la familia con un toque diferente. En pocas palabras, la política de Huatusco sigue siendo un negocio hereditario, donde los nombres cambian, pero la familia es la misma.
Lo cierto es que en esta novela llamada política municipal, los contribuyentes siguen pagando la factura, mientras los Torres Demuner y compañía reparten los papeles principales. Aquí, la Navidad es para ellos, porque el verdadero regalo se lo dan cada año en forma de presupuesto.
¿Y usted, ciudadano? Bien, gracias… viendo cómo se iluminan los bolsillos ajenos...
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