Xalapa, Ver.- Durante la comparecencia de Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, secretario de seguridad pública, la nota no fue lo que podría informar, o lo que los diputados, sobre todo los de oposición le pudieran cuestionar, que es mucho.
La nota fue el grupo de delincuentes que los funcionarios de seguridad pública metieron al recinto parlamentario para gritar e impedir que los diputados cuestionaran al secretario.
Al grupo de malandros, presuntamente elementos en activo de seguridad pública, se les pasó la mano y terminaron por agredir a periodistas, particularmente a una reportera que cubre la fuente del congreso.
De acuerdo a lo reportado por los mismos periodistas, los agresores que podrían ser elementos en activo de la corporación y que deberían proteger al pueblo bueno y sabio, esta vez el secretario los utilizó para reventar la sesión pública, donde estaba obligado a responder al pueblo representado por los legisladores.
Los funcionarios del gobierno que se va no han entendido que en diez días deberán regresar a donde estaban y de donde nunca debieron salir para cobrar como servidores públicos.
En el caso particular que nos ocupa a portar el uniforme con dignidad para servir a los veracruzanos y no para confrontar al pueblo que les paga su salario para que comieran con manteca seis años que por fortuna llegan a su fin.
Se va el peor gobernador y con él se van sus funcionarios, solo falta pedirle que con él se lleve a sus cancerberos.
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