martes, 28 de noviembre de 2023

TIEMPO DE BUITRES.

TIEMPO DE BUITRES.

 

…ambiciosos y despóticos tiranizaban

 a una población que, si bien continuaba

 siendo altamente numerosa, 

se encontraba empobrecida…

Tlacaélel, Pág. 349. 

 

 

Los Buitres desplegaron sus alas, recorren el país en busca de convencer otra vez al ciudadano común de ser los elegidos una vez más, usan disfraces perfectos, las palabras estudiadas y acomodadas, destilan dulzura y amor, son la pureza, la solución a los problemas y el destino perfecto para esta sociedad avasallada por tantos problemas que se han multiplicado en estos cinco años de desgobierno y mañaneras mentirosas.

 

Este, es un gobierno setentero del siglo pasado, lo más rancio de ese priísmo destructor y corruptor, con elecciones tan sucias y amañadas a las que nadie podía oponerse porque las consecuencias las pagaba siempre el más débil, el que no tenía ningún derecho a reclamar justicia, porque, a pesar de asistirle la razón y el derecho, nunca llegaba, como en estos tiempos, particularmente en los recientes cinco años de transformación inobservable.

 

Los cauces están desbordados, los buitres atacarán en cuanto tengan la oportunidad, por lo que se ve no piensan darle tregua al ciudadano que anhela su libertad, el México que veía Luis Donaldo Colosio es hoy esa misma realidad, se sigue observando la misma “sed de justicia social”, las necesidades se han multiplicado a 30 años de distancia en el tiempo la historia nos alcanza y se muestra en peores condiciones que en ese tiempo.

 

¿Qué le espera a nuestro país? ¿qué nos espera como ciudadanos sin poder y con nuestros derechos vulnerados y pisoteados? La bota del comandante supremo aplasta cada día con mayor fuerza, asfixiando los derechos del pueblo bueno y sabio, las leyes son plasmadas a modo y a conveniencia del movimiento transformador, en detrimento de los sueños de cambio que se prometieron pero que solo sirvieron para alcanzar el poder y tratar de perpetuarse en el mismo a costa de lo que sea, así sea de arrancar la libertad o la vida a los opositores.

 

Políticos de la vieja y rancia política del embute y el garrote, aquellos que se pensaban extinguidos pero que llegaron por sus obscuros acuerdos pactados con grupos opositores y vaya usted a saber con quién más negociaron sus triunfos, aprendices de políticos que después de cinco años no se percataron que se debían al pueblo, al mismo pueblo que le prometieron mucho y le cumplieron nada.

 

La luz de la esperanza se destiñe y palidece cada vez más en este mi México que duele por tanta mentira disfrazada en cada mañanera, así fue en la década de los setenta del siglo pasado, el silencio del dolor ajeno contagiaba y las respuestas oficiales eran un estribillo muy estudiado y repetido constantemente, pero sin soluciones reales o verdaderas.

 

Terminó la década y el milenio con un cambio que parecía verdadero, otros demonios se desataron, no como los actuales pero el país empezó a descarrilarse, hay muchos buitres volando desde entonces y no hay quien los frene o los contenga, el ciudadano mira con tristeza, desdén y desolación, vuelve a contagiar el dolor ajeno; la rabia, la impotencia hacen presa fácil de cualquiera.

 

El problema es que la podredumbre no solo priva en la cuatroté, en la oposición también se cuecen habas, en los que fueran partidazos de otros tiempos y sus remoras coalicionados se atacan y contraatacan por lo que consideran espacios ganados.

 

Personajes sin liderazgos verdaderos, ex funcionarios sin representatividad, descendientes de representantes populares de otros momentos del pasado reclaman como suyos los espacios que se disputarán en la próxima contienda, saben de antemano que no lograrían ganar ni su casilla pero creen poder negociar algún espacio para colgarse del presupuesto.

 

Al famélico pueblo le han robado hasta las esperanzas más elementales, perdió los sueños y hasta la confianza, le arrebataron la tranquilidad, y no ve en el corto plazo la solución a los problemas que cada día se multiplican, el pueblo bueno y sabio esta perdido en la peor de sus desgracias.  

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